Dentro de las células de la cebolla existen algunos compuestos que contienen azufre. Cuando la cortamos, se rompen las células y estos compuestos sufren una reacción química que los transforma en moléculas sulfuradas que son liberadas al aire.
Estos compuestos reaccionan con la humedad de los ojos generando ácido sulfúrico, que produce una sensación de quemazón. Las terminaciones nerviosas en los ojos son muy sensibles y detectan esta irritación. Entonces el cerebro reacciona diciéndole a los conductos lacrimales de nuestros ojos que produzcan más agua, es decir lágrimas, para diluir el ácido y protegernos.
Enrique nos da algún truco en este vídeo para evitar esta situación tan desagradable.
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