Los propietarios de viviendas cada vez tienen más miedo a poner en alquiler sus casas por riesgo a que sean ocupadas. Menos oferta hace que los precios suban. Si España tuviera una ley antiokupación, una ley que erradicara la okupación, con la que pudiéramos expulsar a un okupa en pocas horas y que castigara duramente, los precios de alquiler bajarían rápidamente. Sin seguridad jurídica, España jamás será un país del primer mundo.

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