La adhesión a un esquema de producción mixto, leche-carne, ha sido el sello del fundo El Tropezón durante más de 50 años.
De iniciarse en el rubro con el clásico clavel alemán, los Folsch pasaron a inseminar con Montbeliarde, raza que les permitió mejorar las producciones de leche sin renunciar a un ternero de calidad comercial.
El modelo se fue afinando a través de tres generaciones, hasta que en los últimos años la mirada joven mostró nuevas herramientas para optimizar un sistema basado en animales doble propósito. En 2013 Hardy Folsch impulsó la inseminación de las peores lecheras con genética Charolais. Una apuesta que resultó en un producto de alto nivel carnicero, con un efecto notable en la eficiencia y rentabilidad del plantel de Entre Lagos.
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