Era malhumorado, hosco e irascible… Su oficio, el más lúgubre de cuantos se conocen. En su barca transportaba al rico y al pobre, al rey y al mendigo… Y ninguno se libraba de sus insultos o sus golpes. Ante él, no había privilegios. Su nombre causaba pánico en la antigüedad a griegos y romanos , pero más espanto daba todavía no tener el óbolo para pagarle cuando exigiera su tributo. Hoy vamos a navegar en la barca de Caronte, el oscuro barquero que llevaba las almas de los vivos al mundo de los muertos..
Aunque su origen es mucho más remoto, no es hasta en torno al año 500 A.C. cuando los textos griegos nos lo presentan. Es un anciano de terrible suciedad, en cuyo mentón reposa una descuidada barba blanca… de sus hombros cuelga un sucio manto y en su mano sujeta el remo con el que no duda en golpear a la muchedumbre que con él se embarca si éstos no obedecen.
Su función es transportar las almas del mundo de los vivos al inframundo. Por este viaje Caronte cobraba un óbolo, razón por la que los difuntos griegos y romanos eran enterrados con una moneda en la boca. Si al llegar a la barca no se disponía del pago, Caronte se negaba a transportar al individuo, y dejaba al alma errando durante 100 años, tras los cuales accedía a realizar gratis el viaje.
Parece que la barca de Caronte realizaba una travesía por varios ríos hasta llegar al inframundo, donde Hades esperaba el alma del difunto. Los ríos eran el Aqueronte, o río de la aflicción, el Flegetonte y Periflegetón (ríos del fuego), el Cocito (río de las lamentaciones) el Lete, donde las almas olvidaban todo recuerdo de su vida terrenal, y finalmente el Estigia (río del odio),
¿Pero qué era Caronte, un demonio, un dios, un mortal? Nadie lo sabe a ciencia cierta, las fuentes antiguas callan al respecto, aunque algunos opinan que podría ser hijo del Erebo (dios de la oscuridad) y Nix (diosa de la Noche).
Lo que sí sabemos es que varios mortales lograron burlarlo y acceder y regresar del mundo de los muertos. Uno de ellos fue Heracles, que accedió al inframundo para dar caza al can cerbero. Por ello, Caronte fue luego encadenado como castigo durante un año. Orfeo consiguió encantarlo con sus cantos y accedió a por Eurídice. Otros casos fueron también los de Psique y Eneas, que ansiaba ver a su padre Anquises.
¿Y por qué estaba allí precisamente, por qué se le había encargado tan terrible y despiadada tarea?, ¿había acoso cometido alguna afrenta hacia los dioses como sugieren algunos estudiosos?, ¿Podría ser incluso un mortal al que se hubiera castigado por su mal comportamiento en la vida? De momento las fuentes textuales y arqueológicas guardan silencio, pero quizás no esté lejos el día en el que aparezcan nuevos testimonios del mundo antiguo y podamos arrojar más luz sobre la escalofriante figura de Caronte.
Otros Mitos griegos
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