“Tengo muchas ganas de que el destino me siga ofreciendo oportunidades para seguir explorando”, confiesa Benjamín Vicuña mientras hace un balance de lo que fue su 2024 y habla de sus objetivos para este nuevo año; entre los que se encuentran El silencio de Marcos Tremmer; una película que acaba de estrenarse y que invita al público a reflexionar sobre algunas decisiones difíciles que la vida nos pone por delante. “Es una película necesaria que ilumina zonas que por momentos incomodan. Una película que emociona muchísimo, que nos va a hacer llorar, y con la que van a poder viajar también porque se filmó en lugares maravillosos”, cuenta el actor que pasó casi un año rodando en escenarios de España, Uruguay, Santo Domingo y República Dominicana.
Este film -que es muy parecido a lo que fue El primero de nosotros en TV- también es una buena oportunidad para volver al cine; un formato que se ha visto muy afectado desde la aparición de las plataformas. “Hay que volver al cine, dejar el teléfono en modo avión durante dos horitas y dejar que la cabeza se amplíe”, dice el chileno orgulloso de poder regresar a la pantalla grande con este proyecto.
En el plano personal, Vicuña también tiene motivos para agradecer. De novio con Anita Espasadín, el actor habla del gran parecido que esta mujer tiene con su madre. “Las dos son muy buenas madres, son mujeres íntegras, hermosas, increíbles y generosas”, asegura. A su vez, revela cómo es como padre, qué temas lo preocupan y cómo, después de mucho tiempo, logró la armonía familiar con las madres de sus hijos, Carolina “Pampita” Ardohain y la China Suárez.
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