Boca perdía 2-1 con Arsenal (Obolo y Lisandro López), pero apareció Mouche, sorprendió a toda la defensa y clavó el 2-2. De esta forma, River cerró la fecha en zona de Promoción, un punto abajo de Tigre y de los de Sarandí.
A ninguno le servía el empate. A Boca, porque quiere un lugar en la Sudamericana y, con el envión del superclásico, soñaba con pelear el torneo. Para Arsenal, esos tres puntos valían oro, para alejarse más de la zona roja de la Promoción y tomar un poco de aire al menos por una semana. Por eso, hubo ida y vuelta. Hubo búsqueda de ambos lados. Y goles. Pero no les alcanzó a ninguno de los dos y repartieron puntos. Y con polémica incluída.
Boca, ya desde el vestuario, tuvo que aceptar la idea de no contar con Riquelme, desgarrado. Con Erviti en su lugar, sintió la merma futbolística que implica no tener al 10. Tuvo la primera acción peligrosa con Palermo y ya después fue Arsenal el que contó con más chances de gol. De hecho, fue el primero en golpear: tras un descuido defensivo, Obolo (que había tenido un tiro franco minutos antes) cabeceó ante la marca de Calvo y Caruzzo. Y se fue al descanso con una ventaja clave.
En el segundo, Falcioni lo planteó diferente. Metió a Viatri por Colazo y armó un 4-3-3 en busca del empate. Lo consiguió enseguida con la cabeza de Viatri. Minutos después llegó la gran polémica de la noche: ¿fue válido el gol de Insaurralde? El árbitro decidió anularlo porque entendió que el tiro de esquina de Mouche traspasó los límites del campo de juego.
Arsenal, consciente de sus necesidades, no se resignó y fue en busca de la victoria que llegó parcialmente gracias a Lisandro López y la responsabilidad compartida de Lucchetti y Caruzzo. Parecía que terminaba así, pero... Apareció Mouche para sentenciar el 2 a 2, un resultado más justo y más cercano a la realidad del partido, aunque el empate no le termina sirviendo a ninguno. A excepción de River, claro, que respira un poco: al menos, con este empate, Arsenal no se aleja de la zona de Promoción.
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