Lucía Gómez, miembro del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia ha valorado bioéticamente en la 8 Mediterraneo la modificación genética de dos bebés chinos.
Lulu y Nana, obtenidas por fecundación in vitro, fueron sometidas a una modificación de su genoma tras la fecundación con la herramienta de edición genética CRISPR. El objetivo era hacer a las niñas resistentes al SIDA, puesto que su padre es portador del virus causante de esta enfermedad.
Según la biotecnóloga, los riesgos de seguridad son imprevisibles, lo que se ve agravado por el hecho de que estas modificaciones se puedan transmitir a toda la descendencia de las niñas sin conocer realmente los efectos negativos que pueden tener.
