En octubre de 2024, el mundo enfrenta un alarmante aumento de eventos climáticos extremos que afectan a millones. En Europa, lluvias torrenciales devastaron regiones de España e Italia, dejando numerosas víctimas y destruyendo infraestructura. Además, América y Asia han sufrido intensas olas de calor y devastadores incendios forestales, exacerbados por condiciones de sequía prolongada. Madagascar, por su parte, enfrenta una sequía histórica que genera inseguridad alimentaria para miles de personas. Estos desastres reflejan el impacto acelerado del cambio climático en todo el planeta, destacando la urgente necesidad de acción global sostenible.
