Agregar la participación política como una tercera jornada laboral de las mujeres, después de las tareas remuneradas y no remuneradas es muy complicado; en México existe una cultura de género muy sostenida en la división sexual del trabajo, explica en entrevista con Alcaldes de México.
“Las mujeres carecen de tiempo, porque son responsables de los cuidados en el hogar, a diferencia de los hombres, y aunque algunas busquen conciliar el empleo con las tareas domésticas, el tiempo para la participación política se ve aún más mermado. Por eso es común ver mujeres jóvenes sin hijos o adultas mayores más involucradas en la política”.
Ante la pregunta de qué se necesita para que más mujeres militen en los partidos políticos, la senadora propone que no solo se les considere en los actos protocolarios de formalización de acuerdos, sino que realmente tengan una incidencia sustantiva en los espacios de toma de decisión.
“Un factor que inhibe la participación y mayor influencia de mujeres dentro de la toma de decisiones en los partidos políticos, es solo ser consideradas en la formalidad, ya que los acuerdos se construyeron en otros espacios y tiempos, sin que estuvieran presentes. Los hombres toman acuerdos en muchos espacios todo el tiempo, porque no están limitados por temas de cuidados como las mujeres”.
Reconoce que en la política aún predomina la perspectiva masculina, y que es necesario revisar los estatutos de los partidos, para dar más poder e influencia a las mujeres en la toma de decisiones.
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