La salvadoreña Elsy, cuyo apellido no se ha dado a conocer para salvaguardar su identidad, pasó una década en la cárcel tras un aborto calficado de "emergencia obstétrica". Ahora su pena de 30 años ha sido conmutada, en parte por el trabajo realizado en prisión. El código penal salvadoreño prohíbe el aborto en todos los supuestos y establece penas de cárcel de hasta 8 años. Sin embargo, fiscales y jueces del país califican los casos de aborto, incluso los involuntarios, de "homicidio agravado", penado hasta con 50 años de prisión. Bajo esa severa legislación, más de un decena de mujeres salvadoreñas siguen encarceladas con diferentes condenas.
