Se estima que 1 de cada 7 españoles presenta algún grado de Enfermedad Renal Crónica, en concreto el 15,2% del total. Este impacto es especialmente significativo entre los pacientes diabéticos, ya que se calcula que un tercio de las persona que conviven con diabetes tipo 2 acaban desarrollando algún tipo de enfermedad renal. Expresado en años de vida, una persona con ERC y DM2 vive de media 16 años menos que la población general.
Además, el inicio de la terapia renal sustitutiva, la fase más avanzada de la enfermedad, conlleva un gran estrés emocional y psicológico para el paciente.
Las consecuencias de esta enfermedad para el sistema sanitario también son muy relevantes. La carga económica de la ERC en pacientes con DM2 aumenta drásticamente con el deterioro de la función renal, debido principalmente a la hospitalización de pacientes por causas cardiovasculares y a la diálisis. De hecho, se estima que el coste anual por paciente en la fase más avanzada de la enfermerdad (fase 5) es superior a los 16.000 €.
Muchos pacientes renales tienen necesidades no cubiertas, especialmente los que conviven con diabetes. Ahora se pone a su disposición una terapia que ayuda al manejo de su enfermedad y especialmente a la reducción del riesgo residual que presentan pese a estar ya tratados. Además, estamos convencidos de que finerenona será la piedra angular de nuevos tratamientos en el área renal y cardiovascular, con el potencial de mejorar la vida de aún más pacientes en el futuro.
Carles Aguilar entrevista al Dr. José Luis Górriz, jefe de servicio de Nefrología del Hospital Clínico de Valencia
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