Su Majestad el Rey presidió el acto de entrega de la segunda edición del “Premio a una Trayectoria Fulbright” al diplomático y profesor Javier Solana.
Don Felipe entregó al diplomático, profesor y exministro, Javier Solana, caballero del Toisón de Oro, el “Premio a una Trayectoria Fulbright”, consistente en una pieza del escultor Leiro (becario Fulbright en 1988) denominada “Perseverancia”, por la importancia que esta virtud tiene a lo largo de nuestra vida y que resulta imprescindible para alcanzar los méritos académicos y profesionales que el programa Fulbright exige a sus becarios.
Durante el acto celebrado en la Capilla de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá, Su Majestad el Rey estuvo acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; el alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodriguez; el encargado de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos de América en España, Conrad Triblle; y el rector magnífico de la Universidad de Alcalá, José Vicente Saz, entre otras personalidades.
Tras entregar el galardón a Javier Solana, Su Majestad el Rey pronunció unas palabras en las que destacó del programa Fulbright, que es “uno de los ejemplos de diplomacia pública más potentes que existen en la actualidad; y es también uno de los más longevos. Son muchas las razones que explican su éxito, pero quiero apuntar brevemente en tres factores que acompañan al programa desde su nacimiento en 1946, y que han favorecido y potencian su crecimiento”.
Del primero de los factores de éxito del programa dijo que “es su carácter binacional. El programa está implantado en más de 150 países y tiene la peculiaridad de que en más de 50 de ellos, se gestiona y financia de forma bilateral entre los EE.UU. y el país anfitrión. Sus objetivos y estrategias se definen, pues, mediante el consenso entre los países que buscan el interés mutuo en el medio y largo plazo. Ello ha contribuido, sin duda, a la fortaleza y estabilidad del programa en sus 75 años de existencia”.
Del segundo factor que ha marcado su éxito subrayo que “es el fin principal que persigue: evitar los conflictos entre naciones a través del entendimiento cultural mutuo. En este sentido, el progreso académico o científico de los becarios Fulbright es un componente añadido a la verdadera razón esencial de su la beca, que es el conocimiento de la sociedad en la que desarrollan sus proyectos. Este elemento diferencial, que se tiene muy presente en los competitivos procesos de selección, hace de los becarios Fulbright auténticos embajadores de sus países”.
Y el tercero motivo del éxito explicó que “es el que representan los propios ‘Fulbrighters’, becarios quienes, a través de sus trayectorias personales y profesionales, contribuyen a incrementar el valor del programa. Son personas que, con un excelente nivel académico, ponen toda su voluntad para aprender de la ciencia, las costumbres y la cultura de otros países. Personas que, como antes comentaba, incorporan el componente del entendimiento cultural, que es esencial para superar obstáculos y desafíos para construir un mundo mejor”.
Finalizada su intervención, Su Majestad el Rey mantuvo un encuentro con los asistentes.
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