ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN FAMILIAR, AL CORAZÓN DE LA VIRGEN MARÍA, MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA
Todos los cristianos estamos llamados a imitar a la Virgen María en las virtudes y con su ayuda
poder ser como ella, amando a Dios y a los hermanos con un corazón libre.
La Virgen María es la Madre de Dios y de la iglesia. Ella ocupa un lugar muy especial en el plan
de salvación y en nuestros corazones. Para nosotros la Virgen María es alguien con quien hemos crecido, signo de nuestra fe y cultura. Ella es Madre de esperanza y segura compañía, de manera especial en los momentos más difíciles.
Materiales. Necesitamos:
Mesita, mantel, vela, una cruz, imagen de la Virgen María, agua bendita, un rosario y unas flores.
Para iniciar la oración familiar vamos a construir un pequeño altar donde todos los miembros
de la familia se involucren y se pueda poner los signos principales de nuestra fe, de manera
especial una imagen de la Virgen María.
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA:
Todos leen la siguiente oración consagrándose al corazón de la Virgen María.
Oh, Señora, Oh Madre mía, nos consagramos como familia, a ti en este día. Te consagramos
nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra alma, nuestros pensamientos, nuestros bienes materiales y
todo lo que somos para que nos guardes en tu corazón. Madre protégenos de las asechanzas del
demonio y no permitas que nos dejemos dominar por el pecado. Ayúdanos para que podamos,
como familia, responder si al plan de Dios, como lo hiciste tú y a permanecer fiel a nuestro
bautismo y a la consagración a tu corazón. Madre de Dios y Madre nuestra ayúdanos a recordar
siempre las palabras que le dijiste a San Juan Diego, para que en los momentos de angustia y
preocupación podamos recordar que eres nuestra Madre y que estas con nosotros. Amén.
Rezan un Ave María: Dios te salve Maria llena eres de gracia…
ORACIÓN FINAL:
Préstame, Madre tus ojos, para con ellos poder mirar, porque si con ellos miro, nunca volveré a
pecar.
Préstame, Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá
escuchar.
Préstame, Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y santidad.
Préstame, Madre tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame, Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierta con tu manto al Cielo he de
llegar.
Préstame, Madre a tu Hijo, para poder yo amar. Si tú me das a Jesús, qué más puedo yo desear y
ésta será mi dicha por toda la eternidad. Amén
Rezar un rosario juntos como familia pidiéndole a la Virgen su compañía y protección.
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