Romanos 5.8 Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
Aún sin nosotros merecerlo, él, se despojó de toda su gloria y vino al mundo a morir por ti, por mí, por todos... ¿Por qué? La respuesta es simple, por AMOR.