Si no sabían ya que Sánchez, el PSOE y sus comparsas maniobran histéricos para cerrar Periodista Digital, se lo cuento yo ahora.
No me refiero al deseo de cerrarnos la boca, porque eso es lo anhelan hace mucho, sino a algo de más entidad: tras años de boicot, presiones y amenazas, se han puesto en marcha.
Han dado pasos concretos con la desquiciada intención de borrarnos del mapa.
El pasado jueves, el PSOE, socio de los proetarras de Bildu, colega de los golpistas de Junts y ERC, cuna del diputero Tito Berni, empresa de los estafadores de los EREs y germen de la Ley Suletavioladores, emitió un comunicado señalándonos con su maloliente dedo y anunciando que nos prohibe asistir a actos del partido y que ha pedido a las asociaciones de prensa que nos retiren la acreditación, para que no podamos acceder al Congreso, al Senado y a ningún evento oficial.
Puntualizan histéricos los socialistas que exigen nuestra ‘ejecución’, por haber cubierto informativamente la Nochevieja de Ferraz, donde una rubia, un par de chinos y algunos chavales sacudieron palos a una piñata con nariz de Pinocho y las trazas de representar a Pedro Sánchez.
No es Periodista Digital el único medio de comunicación ‘sentenciado a muerte’ en la ‘fatua’ de los secuaces de Sánchez, pero si el más relevante.
Respecto a que el PSOE nos impida en el futuro cubrir sus vodeviles, bloqueando la puerta de sus sedes y negándonos el acceso, nos importa un comino, porque es lo que llevan haciendo sistemáticamente desde hace un lustro.
Tipos como Patxi López -imitando a Rufian, Aizpurua y otros de esa calaña- hace mucho que se niegan en las ruedas de prensa del Congreso de los Diputados a responder a las preguntas de nuestros reporteros, sean blancos, negros o colorados.
Otra cosa es el patético reclamo de los sociatas a las asociaciones de prensa.
Uno, que ha ejercido de reportero de guerra más de treinta años, que se ‘destetó’ profesionalmente en Diario 16, fue redactor jefe en Cambio 16, adjunto al director de El Mundo y corresponsal en Londres, Nueva York y en las ‘Chimbambas, además de publicar con asiduidad en The Guardian y ocasionalmente en The Observer, no alberga en su endurecido corazón especial fe en sus paniaguados colegas.
Tengo las pelotas negras del humo de mil batallas periodísticas, como para caer en la ingenuidad de poner mi futuro y el de la entusiasta chavalada que impulsa Periodista Digital, en las manos de la APM, la FAPE o la APP, pero espero que se comporten, aunque sólo sea por vergüenza torera.
Dicho esto esto, ya les anuncio que el Gobierno Frankenstein y todos sus ministerios no nos van a retirar la publicidad institucional, porque nunca hemos recibido un euro de los cientos de millones que reparten como maná entre los adictos al régimen.
Tampoco me quitarán el coche oficial, la tarjeta oro a cuenta del contribuyente, el móvil gratis, la tablet de lujo pagada con dinero público y todo eso.
No me lo van a retirar, porque nunca lo hemos tenidos.
Dicho esto y para que se enteren en La Moncloa y en la sede-puticlub del PSOE en Ferraz: ¡que os vayan dando, majaderos!
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