Alfredo Máximo Muriel, comerciante de productos descartables en un mercado de San Juan de Lurigancho, se ha visto envuelto en un confuso caso de suplantación de identidad tras recibir una transferencia de dinero vía Yape de un desconocido. Este hecho habría desencadenado una serie de denuncias injustificadas contra él.
INICIO DE UNA PESADILLA
El pasado 31 de marzo, el denunciante recibió 200 soles de un número desconocido, lo que marcó el inicio de su pesadilla. "Recibí un Yape de alguien que no conocía, y poco después, una persona me contactó pidiéndome que enviara el dinero a otro número, al de la señora Rosita Liz Chávez", explicó. Luego de tres horas, esa persona lo volvió a llamar para decirle que aún no llegaba un "pedido de carrito electrónico". Tras descubrir que el destinatario del dinero era ajeno a sus operaciones habituales como vendedor de descartables, se percató de que su perfil de Facebook había sido hackeado.
Máximo Muriel, sorprendido, procedió a denunciar el incidente en la comisaría de La Huayrona, donde descubrió que ya había sido denunciado falsamente por estafa. "Fui a la policía para reportar el hackeo de mi cuenta y me encontré con que tenía denuncias por estafas que nunca cometí", dijo angustiado.
Las investigaciones revelaron que un perfil falso en Facebook estaba vendiendo artículos electrónicos y otros objetos bajo su nombre. Alfredo continuó recibiendo llamadas de personas reclamando entregas de productos que nunca vendió.
El Ministerio Público ha sido notificado y se espera que tome cartas en el asunto para esclarecer las falsas acusaciones.
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