"Sois jóvenes, tenéis tiempo para tener otro bebé”
Esta es una de las frases más comunes que escuchan las mamás y los papás que acaban de perder a un bebé antes, durante o nada más nacer.
Socialmente se tiende a infravalorar la magnitud del duelo perinatal al argumentar que al no conocer al bebé o haber vivido tan solo unas horas, superarlo no va a ser tan duro.
La muerte perinatal supone la pérdida de un hijo o hija, de un proyecto inacabado de forma repentina, algo para lo que ninguna familia está preparada.
Según la OMS es la pérdida producida desde la semana 22 de gestación hasta los primeros siete días de vida del bebé.
Se trata de una realidad silenciada, desconocida e invisible donde muchas familias siguen pasando por ello solas, sin una ayuda y guía que les oriente e indique cómo lidiar con esta situación.
No existe un protocolo común que forme a todo el sector sanitario, por lo que en muchas ocasiones no saben cómo actuar, qué decir o qué hacer. Su actitud y conducta tendrán consecuencias directas sobre la familia y es vital su visibilidad para poder estar a la altura del soporte emocional, legal y sanitario que necesitan.
Gracias a asociaciones como Umamanita y Mariposas para el duelo que siguen luchando por conseguir un trato más humano en todos los hospitales, que visibilizan y dan voz a temas tan necesarios como el conocimiento del duelo perinatal y que todas las mamás y papás reciban información y apoyo desde el primer momento, que conozcan las diferentes opciones que tienen a la hora de enfrentarse a la muerte perinatal.
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