El mundo se ha transformado radicalmente. Y cuando decimos el mundo, nos referimos al planeta entero, pero también a nuestro mundo: a nuestro país, a nuestras familias y a nuestra comunidad ITAM.

Hoy estamos distanciados y solo nos reencontramos a través de las pantallas. Extrañamos vernos cara a cara y abrazarnos todos los días. Los salones y los patios están vacíos y en silencio, pero es así como nos estamos cuidando.

Estamos juntos en esto, separados físicamente, pero unidos en nuestro propósito de salir adelante.

Porque hoy nos queda muy claro que, si tú estás bien, todos lo estamos. Somos una comunidad y nuestros destinos están entrelazados.

Y como comunidad de estudios, cada día estamos aprendiendo algo nuevo de nuestros familiares, de nuestros vecinos, de los trabajadores de salud -cuya valentía y entrega son invaluables-, de las diversas comunidades que forman parte de nuestro país, de nuestra comunidad académica y de nosotros mismos. Quizá nunca antes habíamos aprendido tanto en tan poco tiempo, y nos damos cuenta de que hay muchas razones para seguir siendo excelentes estudiantes y excelentes seres humanos.

Nuestra vida no se puso en pausa ni en modo reposo; estamos viviendo un momento histórico que nadie en el planeta pudo prevenir, y sabemos que nuestra comunidad necesitará lo mejor de cada uno de nosotros. México nos va a requerir, y todos juntos tendremos un gran reto por delante.

Así es que, en medio de toda esta incertidumbre, existen grandes certezas: tenemos que seguir aprendiendo, pero también tenemos que reinventarnos, reinventar la vida, reinventar nuestra relación con el medio ambiente, reinventar nuestra cotidianidad. Querernos más, entendernos más y, sobre todo, unirnos más.

Y cuando llegue el momento de salir de casa, salgamos todos juntos, unidos, preparados y con un gran corazón.


ITAM. Juntos repensamos nuestro futuro.

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