Hoy en día, más que nunca, hay quienes sienten que el mundo a su alrededor está lleno de obstáculos y energías que buscan desestabilizar su paz. Quizá te ha pasado. Has notado cómo, de la nada, algunas personas que creías cercanas empiezan a mostrar intenciones negativas, o sientes que, sin motivo aparente, tus planes no salen como esperabas. Es posible que estés enfrentando energías que no puedes ver, pero que, sin duda, te afectan. Y no, no estás solo en esta experiencia.
A lo largo de los siglos, diversas culturas han desarrollado métodos para protegerse de este tipo de influencias. Desde tiempos ancestrales, las personas han buscado maneras de devolver el mal a quien lo ha enviado, de hacer que aquellos que traman en tu contra caigan en las mismas trampas que han puesto para ti. No estamos hablando de hacer daño a nadie, sino de un principio de justicia divina, donde la energía que envían regresa a su origen. Aquí es donde entra el poderoso uso de elementos naturales que, aunque parezcan inofensivos, tienen una fuerza espiritual increíble cuando se usan con la intención adecuada.
