Dubai, una ciudad de deslumbrante modernidad y riqueza, también posee un lado oscuro menos visible. A pesar de su imagen de lujo y progreso, existe una notable disparidad entre los ricos y los trabajadores migrantes que a menudo enfrentan condiciones laborales precarias.

Muchos de estos trabajadores, viven en alojamientos abarrotados y reciben salarios bajos, mientras construyen los rascacielos que simbolizan la opulencia de la ciudad.

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