Como nunca antes lo había hecho durante sus 30 años como líder de opinión, Javier Alatorre se abre de capa con Pati Chapoy y, parafraseando el título del noticiero que lo ha encumbrado, le muestra de qué está hecho.

Hasta ahora celoso de su intimidad, Javier revela poco a poco y al calor de la entrevista, algunos de los más entrañables pasajes de su vida, como su infancia en Sonora, la cercana relación con su madre y su llegada a la Ciudad de México.

Pero, ¿cómo fue que después de cambiar cuatro veces de carrera abrazó la vocación periodística?.. ¿cómo se enroló en su primera cobertura de guerra con apenas veinte años de edad?.. ¿cómo logró encabezar el espacio estelar de las noticias de TV Azteca? Y ¿es verdad que la misma noche en que debutó estuvo a punto de ser despedido?

Al final, Javier se relaja y además de compartir cómo lo han cimbrado algunos desastres y tragedias humanas de los que ha sido testigo, termina por ventanear a uno que otro político, pero también a sí mismo al afirmar que “cada vez que me veo en la tele, me despedazo, soy mi crítico más severo”… y es que nada es lo que parece.

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