Oscar Quinteiro, Capitán de Navío ® de la Armada, era el padre de Marta Mónica Quinteiro, empleada en la “Sociedad Militar Seguro de Vida” y desaparecida el 14 de mayo de 1976. Ella formaba parte de un grupo de cristianos que misionaban en la villa del Bajo Flores (actual CABA). Junto con Marta M. Quinteiro fueron secuestrados María Marta Vásquez Ocampo de Lugones, César Amadeo Lugones, Beatriz C. Carbonell de Pérez Weiss y Horacio Pérez Weiss, María Esther Lorusso y Mónica C. M. Mignone.
El desarrollo de tareas eclesiásticas y políticas en villas de emergencia era una práctica habitual en los años anteriores a 1976, pero no a un mes y medio de instaurada la dictadura dada la inseguridad que la militancia política provocaba.
El presente testimonio se refiere al mismo caso hecho en el cual da su testimonio Emilio F. Mignone, que se puede ver también en este “Ejercicio para la Memoria”.
El testigo Oscar Quinteiro era marino retirado. Por tal motivo pudo entrevistarse con varios funcionarios “de facto”. Visualizado el testimonio en el presente, resulta ostensible que esos funcionarios y camaradas le mentían, observándose lo que parece cierta ingenuidad en el testigo y la incredulidad de suponer que un superior jerárquico nunca le mentiría por cuestiones de honor. En un momento del testimonio, Quinteiro relata que le manifestó al Comandante de la Armada, Almirante Emilio Eduardo Massera que sus oficiales le mentían, sin suponer que era el propio Massera quien engañaba a Quinteiro. Precisamente Massera es uno de los ex comandantes imputados y luego condenados en este juicio.
También el testigo expresa prácticas propias de instituciones rígidas como la Marina, como solicitar autorización a sus superiores para presentar denuncias en sede judicial por la desaparición de su hija.
Cuatro días después del secuestro de su hija, Quinteiro fue a la ESMA donde se entrevistó con el Capital de Fragata Salvio Menéndez, subdirector de la ESMA. Menéndez le dijo que su hija “no figuraba en ninguna lista”. Ocho años después el testigo y sacerdote Orlando Yorio declaró que estuvo secuestrado con Francisco Jálics en la ESMA y escucho la voz de Marta M. Quinteiro, con quien compartían la militancia social en la villa de emergencia.
En el minuto 21’ (hasta 22’ 25”) se produce un interesante contrapunto: el testigo menciona al juez (Jorge Edwin) Torlasco como el titular del juzgado donde radicó en 1976 una denuncia por la desaparición de su hija, sin advertir que ahora Torlasco es uno de los camaristas ante quien está declarando. En ese momento la cámara enfoca al testigo y en el fondo se observa al camarista mencionado. Torlasco era juez de instrucción antes del 24 de marzo y lo siguió siendo durante la dictadura.
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