Entre las comarcas de Babia y Laciana, en la provincia de León, se puede contemplar uno de los lugares de interés geológicos del Parque Natural de Babia y Luna: la captura del río Sil sobre el Luna por erosión remontante, que es fácilmente reconocible en las inmediaciones del Puente de Las Palomas.
Aquí se encuentra la divisoria de aguas que vierten a la cuenca hidrográfica del Miño (por el río Sil), y las que lo hacen a la cuenca hidrográfica del Duero (por el río Luna), entre las localidades de Piedrafita de Babia y Villaseca de Laciana. Hacia el este de la divisoria aparece el río Luna, que discurre por un valle relativamente amplio con una pendiente longitudinal moderada. Hacia el oeste se encuentra el río Sil, en este lugar muy encajado y con un cauce caracterizado por su alta pendiente longitudinal. Esta acusada pendiente confiere al río Sil y, por consiguiente, a este sector de la cuenca hidrográfica del Miño, una gran capacidad para hacer retroceder su cabecera interceptando otras cuencas adyacentes, las cuales pasan a ceder su caudal a la primera, lo que incrementa su energía y aumenta su capacidad remontante.
En este caso, el río Sil ha verificado un importante proceso de erosión remontante, de modo que, de forma sucesiva, ha ido capturando las cabeceras de diversos ríos y arroyos pertenecientes a cuencas próximas, hasta que finalmente capturó los que en su día constituyeron la cabecera del río Luna, convirtiéndolos en la suya propia. Por ello, el Sil ha visto incrementado su caudal, lo cual, sumado a su considerable pendiente, le otorga una gran capacidad de incisión. Por su parte, el Luna, con un perfil mucho más tendido y privado de parte de su caudal tras la captura, posee una capacidad de incisión mucho menor.
En el paisaje esto se traduce en que el Sil discurre por el fondo de una angosta garganta de 80 metros de altura, a más de 100 metros por debajo del nivel por el que discurría el Luna antes de la captura. El punto en el que el Sil capturó al Luna resulta fácilmente reconocible en el cauce del primero en forma de un codo de captura típico, en el que el curso fluvial cambia bruscamente de dirección. Además, aparecen varios rellanos colgados por encima del cauce del Sil, a una altitud similar a la de la divisoria de aguas, y que en su mayoría están orientados hacia el paleo-valle del Luna. Desde la divisoria hacia la vertiente del Luna se reconoce un valle muerto de varios kilómetros de extensión (llega hasta la localidad de Huergas de Babia), que guarda cierta continuidad con el paleo-valle por el que en su día discurrió el Luna y que en la actualidad, ahora que este ha sido privado de sus cabeceras, apenas está recorrido por pequeños regatos de agua.
En definitiva, los valles situados a uno y otro lado de la divisoria muestran una gran asimetría morfológica, provocada por el distinto comportamiento de los cursos fluviales que circulan por ellos, lo que convierte a este en uno de los mejores ejemplos a nivel nacional de los procesos que revierten en una captura fluvial.
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