En el año 1944 siendo Arzobispo de Medellín el excelentísimo Señor Joaquín García Benítez se inició este proyecto parroquial.La construcción del templo se hizo en terrenos donados por la Señora Paulina Uribe viuda de Mejía y otra parte del terreno se le compro a la firma “Mora Hermanos y Cia”.
De la construcción del templo estuvo a cargo del Pbro. Eduardo Díez Estrada, quien al mismo tiempo fue autorizado por la Arquidiócesis para nombrar la junta de fábrica. La obra fue dirigida por el ingeniero Dr. Félix Arango Mejía. La construcción se inició en 1945 y fue el P. Díez quien por algún tiempo, en compañía de la junta, se dedicó a recolectar dinero, inclusive a través del reciclaje de periódicos, botellas y cajetillas de cigarrillos (en esto colaboraron bastante las prostitutas del sector). Como la construcción era muy voluminosa, su realización fue lente, ya que el terreno era pantanoso y obligó a la excavación y al diseño de unas fundaciones muy profundas.
El 28 de Agosto de 1951, el Arzobispo de Medellín Joaquín García, mediante Decreto N˚354, erigió la parroquia, desprendiéndola de las parroquias de San José del centro, El Sagrado Corazón y San José del Poblado.
Como primer párroco fue nombrado el Pbro. José de J. Galeano C. El 154 de Septiembre del mismo año se realiza la toma de posesión del Señor Cura Párroco, en una misa pontifical protocolaria a la que asistieron todos lo párrocos de la ciudad. Para este año ya el templo tenía construidos los muros principales de 1 mt. aproximadamente, y bastante adelantada la parte del altar mayor. Posteriormente se construyó una “media-agua” desde el planchón del coro y allí se oficiaba la misa. Cuando la nave derecha estuvo construida, las celebraciones se empezaron a efectuar dentro del templo (La Sacristía era de guadua y así permaneció unos cinco años).
En 1958 ya el templo tenía las puertas, embaldosado el presbiterio y cementadas las tres naves. Eran seis trabajadores permanentes que en un principio estuvieron dirigidos por el señor Lázaro Giraldo.
Gran parte de la obra interior del templo y algunas imágenes y objetos del mismo, fueron donaciones hechas por familias pudientes de la ciudad, al igual que las imágenes principales del presbiterio y el Vía Crucis en mosaicos de mármol. Las campanas originales fueron fundidas en el taller de Don Carlos Post, con el metal reciclado por la junta del templo, estas fueron cambiadas posteriormente por el Pbro. José de J. Galeano.
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