Decenas de miles de mexicanos marcharon en forma pacífica para exigir justicia por los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala hace dos meses, en el marco de la conmemoración de la Revolución Mexicana y en las que hubo solamente algunos incidentes aislados.
La movilización más numerosa se celebró anoche en la capital mexicana, donde se reunieron tres contingentes que habían salido desde el Ángel de la Independencia, la Plaza de las Tres Culturas y el Monumento a la Revolución, en el acto más multitudinario desde que comenzaron las manifestaciones por este caso.
En esos tres puntos recibieron a las tres caravanas formadas por familiares y estudiantes desaparecidos, de la Escuela Normal (de magisterio) Rural de Ayotzinapa (Guerrero), que llegaron a Ciudad de México tras una semana de marcha. Los tres grupos se dirigieron luego al Zócalo (plaza principal del país) para celebrar el acto central de la jornada.
El 26 de septiembre un grupo de estudiantes de Ayotzinapa fueron atacados en Iguala por policías, que detuvieron a 43 de ellos y los entregaron al cártel de los Guerreros Unidos. Desde entonces siguen con paradero desconocido.
Esa noche murieron también seis personas, tres de ellas estudiantes con cuyos nombres se han bautizado las tres caravanas de los familiares, que se resisten a aceptar que los restos aparecidos en un basurero de Cocula, municipio vecino de Iguala, sean los de sus hijos, como indicaron los presuntos autores materiales detenidos.
El día en que México celebraba el 104 aniversario de la Revolución Mexicana ayer muchos cambiaron la bandera nacional por otra con las rayas teñidas de negro y salieron a la calle en numerosas ciudades al grito de "Ayotzinapa vive, la lucha sigue".
La exigencia unánime de la jornada era la paz y, aunque los comercios del centro de la capital mexicana se habían preparado para protegerse ante eventuales acciones violentas, la marcha transcurrió en calma.
Los manifestantes quemaron un muñeco gigante que emulaba al presidente Enrique Peña Nieto y otros realizaron pintadas en edificios, pero todo parecía indicar que el día iba a concluir en calma.
Sin embargo sobre las 21.10 horas (00.10 de la Argentina), después de que se retirarán del Zócalo la mayoría de manifestantes, un grupo de encapuchados se enfrentó con la policía.
Los agentes antidisturbios trataron de evitar el avance de los manifestantes hacia el Palacio Nacional y luego cargaron y lanzaron gases lacrimógenos, consignó la agencia EFE.
Durante más de media hora, se sucedieron los intentos de los encapuchados de agredir a la policía, varios de ellos con aerosoles y encendedores con los que lanzaron llamaradas contra los agentes.
En respuesta, las fuerzas usaron extintores y finalmente se abalanzaron con sus escudos contra la multitud, a la que hicieron recular hasta los extremos de la plaza hasta expulsarlos de ese espacio, sin que hasta esta mañana las autoridades hayan dado cifras de lesionados y detenidos.
Ayer más temprano se había producido otro incidente aislado en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), donde dos policías resultaron heridos y 15 jóvenes fueron aprehendidos, a raíz del intento de unos encapuchados de acceder a la terminal aérea.
Con las calles del país llenándose de manifestantes, el presidente Enrique Peña Nieto mantuvo su agenda oficial y celebró dos ceremonias de condecoración a militares, aunque el Gobierno se vio obligado a suspender el tradicional desfile que iba a producirse en el Zócalo por el aniversario de la Revolución.
Peña Nieto afirmó que su gobierno "no cejará" los esfuerzos para que impere el Estado de derecho y la justicia, y condenó la violencia "cualquiera que sea su origen".
"Los mexicanos decimos no a la violencia" y "rechazamos categóricamente cualquier intento por provocarla o alentarla", añadió el jefe del Ejecutivo.
México "está dolido, pero el único camino para aliviar este dolor es el de la paz y la justicia", apuntó tras destacar que el país quiere "que se aplique la ley, que prevalezca el orden" y que todos los ciudadanos avancen "juntos". Fuera del país, se celebraron actos de solidaridad con los estudiantes desaparecidos en ciudades como Buenos Aires, Santo Domingo, San Pablo, Santiago de Chile, Lima o San Salvador.
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