ORACIÓN. Señora: Os ofrezco junto a un ramillete de violas
la vainilla, emblema de la continencia y del freno que prometo
poner a todas mis pasiones. Recibid mi flor y haced
que mis carnes sean reprimidas por el temor santo de Dios.
Día veintiséis
I. La vainilla
1. Esta planta llena todo el jardín de una fragancia muy
fuerte; su flor no tiene belleza, pero sirve de adorno en los
ramilletes y los perfuma. No puede tenerse en pie, necesita
quien la sostenga.
II. La continencia
2. La templanza, como virtud principal, modera, con la
abstinencia y sobriedad, con la castidad y virginidad, con lapenitencia y demás mortificaciones de la carne, las pasiones
más fuertes del hombre: la continencia refrena las de orden
inferior y tiene bajo sus órdenes, para conseguir este su objeto,
la clemencia, la mansedumbre, la modestia, la humildad y
la eutropelia.
Depende la continencia de la templanza: es la templanza,
con orden al freno de pasiones, de inferior orden; por esto
la vainilla ni tiene flor que sea hermosa, ni se tiene de por sí
sola.
III. La continencia en María
3. Como las pasiones en María no se rebelaron, esta
virtud le fue dada con toda la perfección que era menester.
IV. La flor a María
4. Cuando sientes moverse contra ti además de las
pasiones que notaremos abajo, la tristeza y la melancolía, el
gozo y la alegría excesiva, el temor y el miedo infundado, la
osadía y el atrevimiento, el amor y el odio y otras pasiones
¿qué haces? ¿das libre expansión al movimiento? ¿extiendes
las alas de la pasión y le das libre vuelo? Si así es ¡ay!
las has de poner freno; las has de contener por entre el exceso
y el defecto en un justo medio dictado por la recta razón.
Promete hacerlo, propón practicarlo, y, al presentar a María
tus resoluciones, le dirás:
Presentación de la flor
ORACIÓN. Señora: Os ofrezco junto a un ramillete de violas
la vainilla, emblema de la continencia y del freno que prometo
poner a todas mis pasiones. Recibid mi flor y haced
que mis carnes sean reprimidas por el temor santo de Dios.
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