El Reto fue como nombró Liran’ Roll a la actuación que ofreció en el Auditorio Nacional.
Liran’ Roll pertenece a ese eslabón de bandas que se formaron prácticamente en la clandestinidad, herencia de esos años 70, cuando el rock en México estaba prohibido, vetado. A mediados de los 80, Toño Lira, líder de Liran´Roll, empezó a tocar, precisamente cuando buena parte del rock mexicano se presentaba en lo que se conocía como hoyos fonqui.
En esas bodegas adaptadas miserablemente como un aforo para conciertos es que tocaban los grupos, ya fuera Ritmo Peligroso o Kenny, que Mara o Enigma. De allí salió una de las máximas figuras del rock mexicano, Álex Lora. En los años 80 se empezaron a transformar las cosas y en los 90 se dio un giro trascendental, la industria del disco empezó a grabar bandas de rock y los medios empezaron a brindar un discreto apoyo. Sólo que a esta fiesta no fueron invitados todos, se dejó a un lado a esas propuestas callejeras, como las de Blues Boys (primera banda de Toño Lira), Banda Bostik, Charlie Monttana y Tex Tex, entre muchos otros. Si trazar una vereda le costó trabajo a gente como Caifanes, Maldita Vecindad, Café Tacvba y El Tri. Mucho más difícil la tuvieron otras bandas, como las anteriormente mencionadas. También los grandes escenarios se les negaron: No Palacio de los Deportes, No Foro Sol, No Teatro Metropólitan... Vaya, parecía la consigna: "No rock"; al menos para este rock mal llamado urbano, esta esfera musical que se ha fraguado en la calle, en el underground, entre la “banda”, el que sigue marginado, el que se vistió de mezclilla cuando los otros empezaron a usar frac para la fiesta.
No obstante, Álex Lora, en cierta forma, abanderó un movimiento, sólo que tomó tanta ventaja que los demás no lo pudieron alcanzar. Se entiende porque El Tri (Three Souls In My Mind) en los años 80 ya tenía 15 años de trayectoria, y fue cuando empezaban apenas a despuntar otras bandas: Tex Tex, Banda Bostik, El Haragán, Heavy Nopal, Toño Lira… Todos estos empezaron a contribuir y edificar una escena.
Liran’ Roll fue de los que empezó a abrir otras puertas, por ejemplo, en dos ocasiones se presentó en el Teatro Metropólitan, con sendos llenos; de igual modo sucedió en el Teatro Blanquita y en el Lunario. Esto fue caldo de cultivo para alimentar una utopía: tocar en el Auditorio Nacional. Hecho que sucedió mucho mejor de lo esperado, superó las expectativas, gracias a un público que no sólo asistió a un concierto, sino que fue a brindar su apoyo a toda una escena, que con todos sus defectos y carencias, se sostiene gracias a la aferradez de músicos y público.
Es preciso decir que este tipo de logros cobran mayor relevancia por la forma en que se consiguen, pues Liran’ Roll no es un grupo que tenga rotación en los canales de video, rara vez (por no decir nunca) se puede escuchar un tema de él en la radio. Aún así, es muy popular, sobre todo entre un sector envidiable, porque es muy común ver su nombre en las bardas de la periferia de la ciudad, en las famosas pintas de anuncios de conciertos, que normalmente encabeza el grupo; es muy fácil escucharlo en los discos acoplados que se suben a vender en el Metro .
La noche del concierto se vivió un ambiente muy especial, no sólo por la entrega del público, que fue con varios sinos en la frente, repito, no sólo a disfrutar de la música, sino apoyar a su artista y con ello respaldar una escena musical, la cual sigue prácticamente ignorado por los medios masivos de comunicación. Toño abrió con Escándalo, un corte de su nuevo disco, precisamente el que se presentó esta noche. De allí empezó un viaje por distintas etapas, se vivieron momentos álgidos cuando fue el turno de los músicos invitados, muy bien seleccionados y que fortalecieron la ya de por sí vigorosa presencia de Liran’ Roll.
Cecilia Toussaint fue la primera en aparecer, ella cantó Parado en la Calle. La gente no sabía que estarían frente a sus ojos músicos sumamente importantes, más de alguno no se la creía al ver en ese escenario a José Cruz, quien padece esclerosis múltiple, y tocó la armónica en un par de temas, Piano Man, de Billy Joel, que es una de las canciones que más gusta en versión de Liran’ Roll. Rod Levario, Carol, Charlie Monttana fueron otras de las figuras invitadas.
Al final subió Álex Lora, quien cantó Perdedor, para luego dar paso al mejor momento de la noche, cuando todos los músicos invitados empezaron aparecer uno por uno para interpretar uno de los himno de Lora: A.D.O. Hace muchos años Cecilia Toussaint y El Tri llegaban a alternar juntos con cierta regularidad, por eso fue muy emotivo verlos de nuevo juntos sobre un escenario. Lo mismo sucedió con José Cruz, que tenía años sin alternar con estos músicos, con los que más de alguna vez en los años 80 tocó o giró con ellos. Fue un regalo de Liran’ Roll a su público, pero también fue un obsequio para los propios músicos, que disfrutaron a granel este concierto.
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