La contaminación ambiental es hoy día probablemente el mayor reto de salud pública nivel mundial. En España, el 93% de la población respira un aire que excede los límites considerados peligrosos para la salud; en concreto, en 2017 éstos fueron superados en las principales ciudades españolas.
El transporte es uno de los principales responsables del deterioro de la calidad del aire en las ciudades. Estudios españoles han revelado que su contribución en este sentido oscila entre un 70% y 80% en la contaminación por PM 2,5, compuesto que tiene un impacto directo sobre la salud de las poblaciones siendo aquellos con ciertos motores diésel los que emiten más material particulado y de menor tamaño.
Se ha estudiado que los aumentos de PM 2,5 en el aire incrementan el riesgo de morir por cualquier causa, y en especial el de fallecer por enfermedades del aparato circulatorio y cáncer de pulmón.
Ante ello, el reto está en cómo lograr una disminución de los niveles de contaminantes en el aire, para lo cual las medidas encaminadas a la reducción y limitación del tráfico rodado se plantean como una de las soluciones más inmediatas. ¿Cuál es la situación en España? ¿Cómo estamos afrontando este reto? ¿Estamos lo suficientemente concienciados y alineados con políticas para lograr objetivos que beneficien la salud pública?
Con el fin de responder a estas y otras cuestiones, la Fundación Española del Corazón en colaboración con la Universidad de Deusto organizan la jornada “Impacto de la calidad del aire en la salud cardiovascular”
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