Juan 7,1-2.10.25-30
“Los judíos buscaban a Jesús para darle muerte.”
Jesús está rodeado de odio, y su sufrimiento contenido estalla en un grito: el grito del que no es reconocido por el que verdaderamente es: “¡Reconocedme de una vez! Yo no he venido de mí mismo." ◙ Jesús está vuelto hacia el Padre, viene del Padre y va al Padre. Jesús se define entero por referencia al Padre, no tiene nada de Sí mismo. ◙ En el evangelio de Juan, la amenaza de muerte sobre Jesús es constante. Él no busca el conflicto por sí mismo; el conflicto siempre viene a Él porque permanece fiel a la misión recibida. ◙ Jesús se vuelve incómodo e inaguantable para los jefes de su pueblo que quieren hacer silenciar su voz; viene a ser como un “reproche viviente” por su sola conducta; no hay nada que le detenga ni le frene en su misión. ◙ Pero a la vez que es acosado, odiado, aislado... Jesús se sabe amado. Jesús es un hombre lleno de paz, aunque esté rodeado de hombres rencorosos, porque vive en relación con el Padre. ◙ Los cristianos, si somos luz y sal, podemos también resultar molestos. Lo triste sería que no diéramos ninguna clase de testimonio, que fuéramos insípidos, incapaces de iluminar o interpelar a nadie. ◙ Nuestra opción por Cristo debe movernos también a la aceptación de su cruz y de su testimonio, descansando el alma en Dios, apoyando la vida en Él, sabiéndonos comprendidos y amados por Él. ◙ Como Jesús en el Padre y por el Reino, así sus discípulos: en Cristo y por el Evangelio, confesando sin miedo la fe: ◙ “Si dices ‘ya basta’, estás perdido. Aumenta siempre, progresa siempre, avanza siempre, no te pares en el camino, no vuelvas atrás, no te desvíes…” (San Agustín). No temas ser fiel a Cristo, porque si Él está con nosotros, ¿quién contra nosotros?
Quien sigue a Jesús y vive como Jesús acaba como Jesús: resucitando a una vida en plenitud.
LA MISERICORDIA DEL SEÑOR CADA DÍA CANTARÉ. Señor, eres mi consuelo en la aflicción; tus promesas me dan esperanza y vida. Salmo 119,50
