Nueva York era una ciudad acostumbrada a funcionar las 24 horas, pero cuando se impuso la cuarentena, todo cambió. Las personas se conectaron a internet y continuaron sus labores desde casa. Sin embargo muchos estudiantes volvieron a vivir con sus padres y muchos trabajadores, cuando tuvieron la oportunidad, huyeron a sus segundos hogares en otros estados. A medida que se alargaban las restricciones, más personas se fueron motivando a dejar el estado; casi todos vieron la salida de la ciudad como algo temporal pero un gran porcentaje comenzó a verla como una decisión permanente. Según un análisis de una empresa que proporciona seguridad a más de 2600 edificios en Estados Unidos, sólo el 17% de los trabajadores de oficina habían regresado al estado, muy por debajo de la media nacional del 27%. Las razones son evidentes, debido a las restricciones Nueva York ya no ofrece lo que antes la hacía tan atractiva como ciudad. No hay vida nocturna ni teatros. No hay conciertos, eventos deportivos en vivo ni vida social. En pocas palabras, para cientos de miles de residentes ya no vale la pena pagar impuestos y un costo de vida tan alto si no se puede disfrutar del estilo de vida, oportunidades y demás características que hacen única a esa ciudad.
Este éxodo de residentes y de empresas han perjudicado las finanzas públicas, ¿cuál es la solución que proponen los políticos del estado de Nueva York?
Links de interés:
- NYC is dead forever...here is why
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- Taxes and New York’s Fiscal Crisis
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