Para miles de niños, niñas y jóvenes migrantes en Europa, cumplir 18 años es un salto al vacío. Para los niños y niñas con un estatus de residencia precario, cumplir 18 años significa perder los derechos que tenían como menores y, a menudo, no tener un permiso de residencia seguro. Sin él, no podrán hacer cosas como estudiar, trabajar o sacarse el carné de conducir. Es posible que tengan que dejar el lugar donde vivían y corren el riesgo de quedarse sin hogar.
Esto no tiene por qué ser así. Podemos mejorar los permisos de residencia y desarrollar otros nuevos para evitar que los niños y niñas se conviertan en adultos indocumentados. Los niños, niñas y jóvenes también deben estar preparados y apoyados durante su transición a la edad adulta.
Estos niños y niñas forman parte de nuestras sociedades. Hagamos que tengan un futuro seguro.
Aprende cómo en picum.org
Ещё видео!