Un panorama profético se dibuja en las páginas sagradas de la Biblia, anticipando el destino de Israel en los tiempos finales. El surgimiento del Anticristo, portador de poder inmenso, marca el inicio de una etapa crucial. Durante siete años, Israel será envuelto en un pacto de paz, mientras la tribulación desata su furia. Conflictos, hambrunas, epidemias y desastres naturales desgarrarán la tierra. La ira divina se desencadenará sobre el pecado y la maldad. Los sellos, las trompetas y las copas de la ira serán desvelados, presagiando un juicio inminente. A medio camino, el Anticristo traicionará a Israel, desencadenando una guerra devastadora. El enfrentamiento culminará en Jerusalén, donde el Armagedón sellará el destino del enemigo. Jesucristo regresará triunfante, derrotando al Anticristo y a sus seguidores, y estableciendo un reinado terrenal de mil años. Satanás será encadenado durante este tiempo, pero al final, será liberado para su última batalla, condenado al lago de fuego por la eternidad.
