Beijing, la capital de China, es una de las ciudades más antiguas del mundo, con una historia que abarca más de 3,000 años. A lo largo de su historia, Beijing ha sido un centro político, cultural y económico, desempeñando un papel crucial en la historia de China. Su desarrollo ha estado profundamente influenciado por las dinastías que gobernaron el país, así como por los cambios sociales y políticos que marcaron la historia de China.
Historia Antigua:
Orígenes y Antigüedad:
La historia de Beijing se remonta a la época de la Dinastía Zhou (1046–256 a.C.), cuando la ciudad fue conocida como Ji, un centro administrativo para la región. Ji fue un importante puesto militar y comercial debido a su ubicación estratégica en el norte de China.
Durante la Dinastía Yan (una de las Siete Naciones Combatientes), la ciudad era conocida como Yanjing.
Dinastía Qin y Han:
Durante la Dinastía Qin (221–206 a.C.), la ciudad siguió siendo un puesto militar, y su importancia continuó creciendo durante la Dinastía Han (206 a.C.–220 d.C.), cuando se convirtió en un centro de comercio y transporte.
Desarrollo Medieval:
Dinastía Tang y Liao:
Durante la Dinastía Tang (618–907 d.C.), Beijing (entonces llamada Youzhou) comenzó a ganar importancia como un centro regional. Sin embargo, fue durante la Dinastía Liao (907–1125 d.C.), cuando los Khitan establecieron la ciudad de Nanjing (no confundir con la moderna ciudad de Nanjing), que Beijing empezó a tomar forma como una gran ciudad.
La Dinastía Jin (1115–1234) expandió la ciudad y la renombró Zhongdu.
Dinastía Yuan:
El verdadero cambio para Beijing ocurrió durante la Dinastía Yuan (1271–1368), fundada por Kublai Kan, el nieto de Gengis Kan. En 1267, Kublai decidió establecer su capital en Dadu (también conocida como Khanbaliq), que es la Beijing moderna. Este fue un periodo en el que la ciudad se convirtió en el centro del poder imperial mongol.
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