Las baterías de diamante se fabrican con desechos nucleares. Nadie sabe qué hacer con ellos
y existen 300.000 toneladas en el mundo. Una batería de diamante puede durar 28.000 años, pero produce una décima parte de la energía que produce una batería convencional. Su mejor uso es para sensores, relojes y marcapasos, donde es complicado cambiar las pilas. ¿El inconveniente? Aunque en pequeña cantidad, contienen radiactividad y hay que evitar fugas. Pero en este aspecto la tecnología de blockchain podría aportar la solución. Los expertos aseguran que podrían llegar al mercado este año. Vía DW Business
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