Anoche, Corea del Sur vivió uno de los momentos más tensos de su historia reciente. El presidente Yoon Suk-yeol sorprendió al país al declarar la ley marcial. Con ello, ordenó al ejército bloquear el Parlamento, censurar los medios de comunicación y suspender derechos fundamentales como la manifestación.
En un mensaje a la nación, Yoon justificó esta medida como necesaria para defender lo que llamó “la democracia liberal”. Según él, el país enfrenta amenazas internas de “comunistas partidarios de Corea del Norte”. Sin embargo, sus palabras ocultan un problema político interno: su gobierno está en minoría en el Parlamento, incapaz de aprobar presupuestos clave. Pero los diputados no se rindieron. Desafiaron el cerco militar y, en una sesión extraordinaria, declararon ilegal la ley marcial pasada la medianoche. Un acto que avivó el choque de poderes y encendió las calles.
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