Cuando ponemos agua en una greca o cafetera y esta, por ciertos efectos físico-químicos, pasa a través del polvo de café, lo que resulta es de color café, huele a café, sabe a café, ¡es café! Esta imagen tan cotidiana en los hogares de todo el mundo, ilustra pálidamente lo que ocurre cuando un pecador arrepentido y perdonado está ahora “en Cristo” (2Cor 5.17). Por medio de la obra santificadora del Espíritu Santo el creyente está siendo “pasado” a través de la Persona de Cristo. Lo que resultará finalmente de este proceso lucirá como Cristo y será semejante a Él en gloria, y del total agrado del Padre. ¿Estás en Cristo?
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