Las fuentes principales de la ingesta de microplásticos son el agua en especial embotellada la comida y el aire sobre todo en lugares cerrados Nuestro cuerpo contiene 300 productos químicos algo que no se podría aplicar a las generaciones anteriores Incluso los recién nacidos llegan con una contaminación previa También se han encontrado micropartículas de plástico en la placenta humana del lado de la madre o del bebé Así que se trata de un problema medioambiental y de salud pública Cada país tiene su propia legislación para protegernos de esta contaminación por lo que deberíamos sentirnos seguros Pero en 2019 al menos 654 empresas europeas infringieron las leyes en materia de productos químicos que utilizaban sustancias potencialmente peligrosas a gran escala por no mencionar la situación en otras partes del mundo El problema es que muchos productos alimentarios están destinados al mercado mundial Podríamos dar por hecho que los fabricantes de estos productos respetan las reglas más estrictas pero no siempre es así La industria del plástico es global Es decir que se produce en un lugar del mundo se profesa en otro y se vende quizá en la otra punta del planeta Y como los fabricantes afirman que todo lo que incluyen en sus plásticos ha de estar protegido por el secreto industrial el resultado es que incluso en aquellos lugares del mundo donde la normativa es algo más estricta como por ejemplo el mercado en Europa nos encontramos con plásticos que contienen sustancias muy tóxicas El sistema no responsabiliza por la catástrofe medioambiental y sanitaria causada por el plástico y por sus consecuencias a ninguna de las partes involucradas en este mercado que genera beneficios enormes 400.000 millones de euros para las empresas europeas de la industria del plástico Y esta falta de responsabilidad a todos los niveles conduce a una contaminación cada vez mayor de nuestro entorno Coca-Cola Pepsi y Nestlé producen juntas el 14% de los residuos recogidos en nuestras costas La cantidad de desechos que llegan a los océanos en 2025 podría alcanzar los 120 millones de toneladas al año diez veces más que en 2015 Estas cifras asustan a
