Programa #31 - Emisión, lunes 25 de mayo de 2015.
Álvaro García Linera (Cochabamba, 1962), además de vicepresidente de Bolivia, es matématico, fue guerrillero, estuvo en la cárcel y es uno de los pensadores marxistas mejor dotados de América Latina. Este lunes a las 22.00 horas conversará junto a Pablo Iglesias en Otra Vuelta de Tuerka.
La vida de Álvaro García Linera está marcada por la lucha por el poder de los pueblos indígenas y las clases trabajadoras. En 1992 fue encarcelado por su pertenencia al Ejército Guerrillero Tupaj Katari acusado de unos cargos que nunca se probaron. Permaneció en prisión preventiva cinco años, durante los cuales aprovechó para estudiar sociología y afianzar su carrera como reconocido académico e intelectual: "Era como una especie de retiro monástico. Podías asfixiarte o consolidarte internamente", recuerda el ahora vicepresidente boliviano en Otra Vuelta de Tuerka.
Linera se convirtió en 2005 en el vicepresidente del primer Gobierno indígena de Bolivia. Sin embargo, el camino fue largo. El triunfo del partido de Evo Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), no se entiende sin años de movilización indígena y campesina que se concretó en grandes revueltas populares contra la privatización del agua (abril de 2000) y del gas (octubre de 2003). "[En la cárcel de Chonchocoro] aprendí a bailar con el tiempo. Uno tiene que saber esperar su momento. A veces pueden pasar 30 años para que llegue tu momento y ese momento en que se abre la puerta de oportunidad lo tienes que saber aprovechar hasta entregar la última gota de sangre que tienes, arriesgándolo todo. Y luego hay que saber esperar", explica Linera durante la entrevista.
Álvaro García Linera tiene claro que la 'década ganada' por los gobiernos progresistas de América Latina no hubiese sido posible sin haber librado previamente una larga batalla contra el pensamiento neoliberal: "Para sacar una receta de ciencia política: Previa a las grandes victorias políticas, electorales siempre hay una victoria en las ideas fuerza, en el sentido común de la gente." Y eso es lo que pueden aprender las fuerzas de cambio europeas de la experiencia latinoamericana.
