A mediano plazo, este tipo de políticas podría frenar el consumo interno, uno de los motores esenciales del crecimiento económico. La situación es aún más crítica para los trabajadores independientes y los emprendedores, quienes ya enfrentan retos para mantenerse competitivos en un mercado complicado por la inflación y la desaceleración económica. Al imponer mayores cargas tributarias sobre estos grupos, se corre el riesgo de desincentivar la formalización del empleo y aumentar los índices de evasión fiscal.
