En total 25 personas han sido detenidas en diferentes países europeos.
Se les imputa los delitos de integración en organización criminal, robo
con fuerza, falsedad documental, receptación de vehículos y blanqueo
de capitales.
Sustrajeron y falsificaron 217 vehículos híbridos de alta gama de gran
demanda en el mercado de vehículos de ocasión de Mauritania y
Polonia principalmente.
Ha sido necesaria la creación de un equipo conjunto de investigación
entre Francia y España en el seno de EUROJUST y EUROPOL, con la
colaboración de la Policía Federal de Bélgica, de la Oficina Central de
Investigación de la Policía de Varsovia (Polonia) y del Servicio de
Inteligencia Criminal de la Policía Federal de Austria.
La Guardia Civil, en el marco de la operación “Z-Babilonia”,
ha desarticulado una organización criminal de ámbito internacional especializada en el robo y falsificación de vehículos y su posterior traslado hasta Mauritania, Senegal, Polonia y Ucrania.
Allí los vehículos eran introducidos en el mercado
legal de vehículos de ocasión.
En total, han sido detenidas 25 personas. 19 de estas detenciones se produjeron en España, cuatro en Francia y dos en Polonia.
La investigación arrancó en noviembre del 2021 cuando la Unidad Central
Operativa de la Guardia Civil detectó el envío de cuatro vehículos sustraídos en Madrid que eran transportados a través de una empresa de transporte de vehículos por carretera, con destino a un puerto de la costa atlántica francesa.
Estos vehículos contaban con un patrón muy similar: eran vehículos híbridos de alta gama, portaban matrículas francesas falsificadas y ninguno de ellos presentaba signos de forzamiento. Además, todos ellos fueron sustraídos en diferentes localidades cercanas a Madrid.
Tras estos hechos, la Guardia Civil, junto con las autoridades policiales de
Francia, Bélgica, Polonia y Austria gracias a la coordinación con EUROPOL,
pudo conocer tanto el destino final de los vehículos, como su relación con una activa organización criminal asentada en Francia y Bélgica especializada en el robo de vehículos de alta gama por varios países europeos.
En lo que respecta a la parte de la organización que operaba en nuestro país, la UCO centró como principales responsables a dos varones de nacionalidad marroquí residentes en Madrid y Málaga. Ellos eran los que fijaban qué marcas y modelos de vehículos había que sustraer como más demandados, suministrando al mismo tiempo las documentaciones y números de bastidor a grabar en los mismos, así como las matrículas francesas falsificadas.
Localizados los posibles vehículos a sustraer, y valiéndose de herramientas
informáticas y software maliciosos desarrollados por la propia organización, alteraban las medidas de seguridad del fabricante, logrando arrancar el vehículo en pocos minutos sin necesidad de ningún tipo de forzamiento.
Una vez sustraído y tras un periodo de “enfriamiento” que descartase cualquier tipo de geoposicionamiento, el vehículo, ya en lugar seguro, era modificado en sus registros físicos, como número de bastidor y adhesivos identificativos de fabricante, haciéndolos coincidir con vehículos legales matriculados en Francia.
Transporte hacia su destino final en Mauritania, Senegal y Polonia
Ya con los vehículos falsificados con una apariencia externa y documental de vehículo legal matriculado en Francia, la organización utilizaba empresas de transporte de vehículos por carretera, -españolas y lituanas principalmente-, para trasladar los mismos a los principales puertos franceses, donde eran embarcados hacia Mauritania o Senegal.
De la misma manera, varios de los vehículos sustraídos eran conducidos por miembros de la propia organización hasta distintas localidades de Polonia donde eran introducidos en el mercado a través de empresas de compra-venta de vehículos de ocasión.
Cabe destacar que el grado de falsificación de los elementos identificativos en los vehículos robados les permitía eludir sin problema los controles policiales y aduaneros de este tipo de transportes, incluso en exportaciones fuera de la UE.
El éxito de esta operación se basa en gran medida en la creación de un equipo conjunto de investigación en el seno de EUROJUST y EUROPOL. Gracias a ello, el intercambio bilateral de información entre los países afectados ha permitido descubrir la proyección de los delitos investigados fuera de las fronteras de la UE.
De esta manera se logró identificar a un ciudadano mauritano residente en
Francia con antecedentes en dicho país por hechos similares, que, para los
investigadores de esta operación, era el máximo responsable de coordinar la confección de las documentaciones francesas falsificadas, de la contratación de los seguros de los vehículos sustraídos, así como de fletar los vehículos a África.
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