Cuidado de los cascos en los caballos.
Los cascos son fundamentales para la estructura de las patas de los caballos. El casco rodea el extremo distal de la segunda falange, la falange distal y los huesos sesamoideos del dedo, el equivalente a las puntas de los dedos en los humanos, en el interior están recubiertas de cartílago y otros tejidos blandos especializados ricos en sangre como el tejido laminar. El exterior de los cascos está formado por un tejido corneo similar al de las uñas de los humanos. El resultado final es que un caballo que pesa una media de 500kgs, es capaz de desplazarse sobre los mismos huesos que cuando un humano va de puntillas. Los cascos realizan muchas funciones, como soportar el peso del animal, disipar el impacto de la energía a medida que los cascos golpean el suelo o la superficie, protegen los tejidos y los huesos dentro de la cápsula del casco y proporcionan tracción al animal. La razón por la que a los caballos se les ponen herraduras es debido a que en cautividad desgastan más rápidamente los cascos por la dureza del pavimento y por el sobre peso que llevan que en libertad desplazándose por la tierra. Los cascos crecen continuamente y en estado natural se desgastan solos pero necesitan ser recortados cada cinco o seis semanas en los caballos herrados.
Anatomia de los cascos del caballo:
Repasamos en el grafico las principales partes y vocablos del casco del caballo.
Primera falange: primer hueso de los dedos que está situado lo más cerca del metatarso.
Segunda Falange: hueso central de los dedos.
Tercera Falange.
hueso Navicular.
Corona: parte saliente redondeada situada encima del casco del caballo.
Muralla o Pared: parte externa del casco.
Talón o Hombro: parte detrás del pie del caballo.
Ranilla: parte córnea, blanda y flexible situado bajo el casco.
Palma: parte córnea y dura debajo del casco.
Laguna medial: espacio vacío situado al medio del casco.
Línea Blanca o Sauco.
Herradura: calzado de metal fijado bajo el casco del caballo.
Calado: casco que tiene una herradura.
No calado: casco que no tiene una herradura.
Limpieza de los cascos:
Es fundamental que la labor de limpieza se realice todos los días, eligiendo para ello como momento más adecuado justo antes de proceder a montar.
Para la limpieza utilizaremos la herramienta limpia cascos.
Trataremos de eliminar la suciedad trabajando desde el talón hacia la lumbre; poniendo especial cuidado para no penetrar en las zonas blandas de la ranilla.
Cuidaremos especialmente el aseo de los surcos colaterales de la ranilla, ya que es el lugar preferido para las bacterias, piedras y cualquier elemento punzante.
A la hora de limpiar la ranura central, pondremos nuestra máxima atención en la búsqueda de cualquier señal de podredumbre.
Comprobaremos la no existencia de cortes ni grietas, así como el grado de sequedad del casco.
En caso de que detectemos mal olor, existirá una gran posibilidad de encontrarnos ante una infección. Deberemos consultar con el veterinario de inmediato.
Para terminar la limpieza, comprobaremos que la herradura se mantiene perfectamente colocada y pasaremos los dedos por los remaches para comprobar que se mantienen en su sitio.
Si no realizamos la limpieza a diario, no podremos percibir la aparición de un problema hasta el momento en el que el caballo comience a cojear; lo que en ocasiones puede ser demasiado tarde.
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