El ministro Administrativo de la Presidencia llamó a los dominicanos a reflexión para detener epidemia de accidentes.

La República Dominicana no puede seguir figurando entre los países del mundo con el mayor registro de accidentes de tránsito y de muertes por esa causa, advirtió este domingo el ministro Administrativo de la Presidencia.

José Ramón Peralta consideró que se trata de una realidad que debe ser revertida con la participación de todos los sectores de la sociedad dominicana, “pasando por ser autocríticos y pensar cada uno en qué puede hacer diariamente para cambiar eso”.

“No basta con quejarse del otro o con mirar las imágenes que muestran los videos de las cámaras de seguridad del 911 y decir que se trata de una barbaridad, sino que hay que actuar para resolver esa problemática”, expresó.

El funcionario indicó que es necesario que cada dominicano y dominicana reflexione sobre su propio comportamiento y las consecuencias que esas acciones tienen sobre los demás, tras citar que al momento de conducir un vehículo de motor, no se desplaza solo ni resulta ser el dueño de las calles.

En ese carro que no dejamos pasar y el cruzamos sin mirar, agregó, pueden ir un compañero de trabajo, el vecino y hasta uno de nuestros hijos.

Dijo que ahora que la República Dominicana se encuentra inmersa en la temporada navideña, la ocasión es propicia para reflexionar seriamente de cómo evitar los accidentes de tránsito.

Precisó que se impone reafirmar los valores, “por lo que resulta correcto que humanicemos nuestros comportamiento al volante y respetemos las leyes y comencemos cada uno por nosotros mismos”.

El ministro Administrativo elogió la campaña de educación de seguridad vial que lleva a cabo la Dirección General de Comunicación (DICOM).

En ella participan miles de ciudadanos a través de las redes sociales, periódicos digitales y blogs, canales de cable, canales nacionales, emisoras, empresas, directores de medios de comunicación, asociaciones, comerciantes, farmacias, iglesias y personalidades llamando a manejar con prudencia y respetando las leyes de tránsito.

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