La Cámara de Representantes de los Estados Unidos es, desde hace semanas, la escena de un caos creciente que mantiene paralizada la administración de la vida pública en ese país. El motor de este desorden es, en primer lugar la polarización política extrema que caracteriza a la política estadounidense desde la presidencia de Donald Trump, y que sigue vigente en el gobierno de Joe Biden. Su última manifestación desborda a las habituales disputas bipartisanas, ya que se dirime en una feroz guerra interna dentro del Partido Republicano, en la que se enfrentan el ala de ultraderecha, alineada con Trump y liderada por el representante de Florida, Matt Gaetz, con sectores críticos con el ex presidente, que incluyen a su ex vice, Mike Pence, y al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. El sesgo destructivo de esta guerra desembocó en una situación histórica y sin precedentes: la destitución del republicano McCarthy por 208 votos demócratas a los que se sumaron 8 republicanos para el contador final de 216 a 210 que acabó con la presidencia conquistada por los republicanos en las legislativas de 2022.
La pelea política de tono casi personal entre Gaetz y McCarthy tiene como trasfondo la negativa republicana a votar el presupuesto enviado por la Casa Blanca al Congreso para forzar a Biden a una drástica reducción del gasto público, lo que colocó una vez más a los Estados Unidos al borde del shutdown, es decir, del cierre temporal de la administración por falta de fondos. Esta situación, que implica el default de la deuda gubernamental, actualmente de más de 31 billones de dólares, dispara la suspensión de todos los servicios estatales salvo los considerados esenciales. Se evitó en el último minuto, mediante una resolución bipartidaria acordada en la Cámara Baja, que extiende el plazo de aprobación del presupuesto hasta mediados de noviembre y espera ser refrendada en el Senado controlado por los demócratas. McCarthy fue uno de los artífices de esa resolución, lo que terminó costándole el cargo. Se abre ahora otra disputa por sucederlo, y entre los aspirantes ya se perfilan Jim Jordan, representante por Ohio, y Steve Scalise, de Louisiana.
Las consecuencias del impasse hasta noviembre, que aún no implica una solución a la pelea de fondo por el gasto, no es solo doméstica, ya que el presupuesto federal incluye un paquete de ayuda a Ucrania, que necesita desesperadamente esa asistencia en su guerra contra Rusia, y es una piedra angular de la política exterior de Biden.
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