AL ENCONTRAR A UNA MENDIGA TEMBLANDO DE FRÍO EN LA CALLE, UN MILLONARIO LA LLEVÓ A SU MANSIÓN POR...
El viento helado soplaba por las calles desiertas mientras Miguel conducía su auto, concentrado en llegar a casa después de un día agotador de reuniones interminables. El reloj marcaba casi las once de la noche, y el silencio que envolvía la ciudad solo era interrumpido por el ronroneo del motor de su elegante coche. Las luces de la avenida, titilantes por momentos, iluminaban apenas las aceras vacías.
Miguel ajustó el abrigo sobre sus hombros mientras conducía, pensando en lo mucho que deseaba una copa de vino al llegar a casa. Pero justo cuando estaba a punto de girar hacia la carretera que lo llevaba a su mansión, algo llamó su atención. Bajo la tenue luz de un poste, una figura temblaba, encorvada contra una pared. Parecía una mujer, envuelta en ropas desgastadas que no eran suficientes para combatir el frío penetrante de esa noche invernal.
Miguel frenó bruscamente, su mirada fija en aquella figura. Algo en su interior le impidió seguir adelante. Apagó el motor y bajó del auto, el aire frío golpeándolo en el rostro. Caminó hacia ella con pasos firmes, pero con un gesto de preocupación que suavizaba su porte habitualmente serio.
Ещё видео!