Las anfetaminas son drogas estimulantes del sistema nervioso central. Aunque en algunos casos se utilizan con prescripción médica, la mayoría de veces se utilizan sin receta para “colocarse”.. Si nos centramos en el ámbito de la salud oral, el consumo de estas sustancias puede afectar a dientes, encías y articulaciones. Por un lado, las anfetaminas pueden desencadenar bruxismo, es decir, movimientos involuntarios de la mandíbula, que pueden acarrear sensibilidad dental, desgaste, fisuras, fracturas, dolor en las articulaciones temporomandibulares, etc. Por otro lado, este tipo de drogas producen deshidratación, con todas las consecuencias ya descritas que tiene la falta de saliva en la boca.
- La metanfetamina y la salud bucal:
La metanfetamina es un derivado de la anfetamina, pero que en dosis similares tiene un efecto más potente. Pero sus perjuicios son también mayores, habiéndose incluso creado el término “Boca de meta” para referirse a las bocas de los adictos a esta droga. Y es que es habitual que sus usuarios presenten caries muy avanzadas, mucho sarro, encías inflamadas, dientes podridos… El bruxismo, la boca seca y la falta de higiene llevada al extremo puede acabar llevando a esta situación.
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