El Obispo de Legnica (Polonia), Mons. Zbigniew Kiernikowski, aprobó el 17 de abril la veneración de una hostia sangrante que “tiene las características distintivas de un milagro eucarístico”.
En la Navidad de 2013, una hostia consagrada cayó al suelo en la parroquia polaca de Saint Jack, recordó el Obispo en un comunicado, y tras ser recogida fue colocada en un recipiente con agua.
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