Su nombre es sinónimo de solidaridad, empatía y transparencia. De hecho, para muchos Santiago Maratea es “el salvador”, ese joven que, a través de su credibilidad y su gran carisma, se pone al hombro las causas más duras, difíciles y urgentes y logra lo imposible. “Siempre que arranco una colecta a la persona que estamos ayudando le digo: ‘no te puedo asegurar que lo vamos a conseguir’. Eso la gente lo sabe de entrada y lo acepta, pero yo nunca me permití no conseguir, nunca me permití decirle a alguien: ‘Bueno, hasta acá llegué; perdón’”, le revela a LA NACION quien desde hace tres años lidera las colectas más grandes del país.
Sus tres campañas más conocidas fueron la de Emmita (una beba de siete meses con Atrofia Muscular Espinal que necesitaba dos millones de dólares para comprar un costoso medicamento), la de los incendios forestales de Corrientes (en la que ayudó a los bomberos de la zona) y la que buscaba pagar las deudas del club de fútbol Independiente. Sin embargo, las que más le tocan el corazón “son todas las que fueron para nenes con enfermedades”, según confiesa el influencer que se hizo viral por este trabajo solidario.
Que haya otra manera de hacer las cosas o nuevas alternativas para intentar que el mundo sea mejor son el lema de su comunidad en Instagram; esa que tiene casi tres millones y medio de seguidores y que interpreta que el mundo es mejor con más empatía, con más tiempo para detenerse en el otro. “Hay muchas razones para amar a la Argentina: el fútbol, los amigos, el asado, pero para mí es la empatía y la solidaridad que hay. Aparte, en un país con tantísima grieta, realmente esa grieta no llega a romper la empatía que tenemos por el que está enfrente”, asegura Maratea, que por estos días se puso en marcha para ayudar a los bomberos de Córdoba frente a los incendios.
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