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Las expediciones a los virreinatos impulsados por la dinastía borbónica son un hito de la ilustración.
En el XVIII España organiza tres expediciones científicas a América. La Real Expedición Botánica al virreinato de Perú en 1777, más tarde la Real Expedición Botánica al Nuevo Reino de Granada en 1783 y la Real Expedición Botánica a Nueva España en 1787.
El virreinato de Perú abarcaba Perú, Colombia, Argentina, Ecuador, Panamá, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
El Nuevo Reino de Granada comprendía diversas partes de la actual Colombia, así como Venezuela, Ecuador, Panamá y Guayana.
El virreinato de Nueva España esta compuesto por Méjico, Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Costaa Rica, los estados suroeste de EEUU y las islas del Caribe.
Las expediciones científicas españolas a América son una expresión del imperialismo borbónico y un intento de la Corona ilustrada de no quedarse atrás.
Cuando abandona Nápoles en 1759 Carlos III para coronarse rey de España, tiene que gestionar una herencia vasta y compleja, como el virreinato de Nueva España, el virreinato de Peru y el Nuevo Reino de Granada.
En sintonía con los tiempos de la Ilustración, Carlos III ordena una serie de expediciones para entender que riquezas potenciales alberga el imperio y como se puede gestionar de forma más inteligente el imperio.
Destacan tres, la Real Expedición Botánica al virreinato de Perú en 1777, la Real Expedición Botánica al Reino de Granada en 1783 y la Real Expedición Botánica a Nueva España en 1787.
La expedición marítima alrededor del mundo de Alejandro Malaspina que parte en 1789, el año de la Revolución Francesa, también recorre parte de América, pero tiene objetivos tanto científicos como políticos.
La ciencia que en este siglo se erige como instrumento de la razón y el progreso se pone al servicio de la Corona y la botánica es una disciplina importante.
La botánica es una ciencia amable, una disciplina que con un poco de formación cualquiera se puede dedicar.
La cartografia, es un tema mas militar, unido a la política.
Al volver de su vuelta al mundo, Alejandro Malaspina es encarcelado porque se trata de una expedición cartográfico-militar y conocer si han llegado las ideas de la Revolucion Francesa a las colonias y como.
El informe que hace no debe de gustar. Tras su detención le confiscan todos los materiales. Los depositan en la Secretaria de Guerra menos la parte botánica que ingresa en el Archivo del Real Jardín Botánico, institución fundada en 1755 por Fernando VI.
La botánica puede ser una vía para proveer de recursos. Tras dos siglos de dominio en América, la corona es consciente de que hay infinidad de recursos desconocidos que pueden ser muy rentables y servir al fomento de la nación para la construcción, alimentación, tientes, ornamentos etc.
La primera gran expedición botánica de la Corona es la del virreinato de Perú en 1777. Su organización se hace junto a la Corona francesa.
La corte gala designa la empresa al médico botánico Joseph Dombey que llega a Madrid en otoño de 1776.
En abril de 1777 se extienden en Aranjuez las Reales Cédulas acreditativas para los botánicos Hipólito Ruiz López y José Antonio Pavón, ambos discípulos del primer catedrático y director del Real Jardín Botánico Casimiro Gómez Ortega.
En la expedición también viajan dos ilustradores y Dombey que lo hace en calidad de acompañante de los botánicos españoles.
Parten de Cadiz y tras 6 meses atracan en El Callao en 1778. Es el primer destino para una empresa que se prolonga 11 años.
En Perú los botánicos se internan en la cordillera andina y también viajan a Huánuco en la entrada de la Amazonia.
Alli deben encontrar quinos, el árbol de cuya corteza se extrae la quinina, un remedio para la fiebre de la malaria.
Huánuco además de los quinos, la coca o del caucho, los expedicionarios conocen en directo el levantamiento de Tupac-Amaru a finales de 1780.
Esta rebelión es un antecedente de las guerras de la independencia del XIX.
El sistema de trabajo de los expedicionarios consiste en tener un enclave de referencia, en este caso Lima y volver después de cada expedición para inventariar lo herborizado y preparar los envíos a Europa.
En 1781 por orden de las autoridades españolas, la expedición parte a Chile. Tres años después Dombey vuelve a Cadiz, donde por orden del director del Botanico, es sometido a un fuerte y prolongado registro fronterizo.
Ruiz y Pavón permanecen en Peru con un nuevo equipo de botánicos y dibujantes. Desde 1784 la investigación se centra en los bosques de quinos.
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