Un yugo físico une a los bueyes para llevar cargas pesadas. En contraste, el yugo espiritual que Cristo nos ofrece es la luz, que nos da paz y un espíritu de descanso, pues no fuimos creados para llevar la angustia y los problemas por nuestra cuenta. Hombro con hombro con Dios, se alivian nuestras cargas.
En este mensaje, el Dr. Stanley explica cómo podemos experimentar esta seguridad de la presencia y el poder del Señor. Cuando nos rendimos a su voluntad, Él responde: "Confía en mí, pues no hay nada que no podamos manejar juntos. Camina conmigo, y nunca estarás solo".
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