Las Pruebas Físicas que dejaron Almas del Purgatorio que visitan la Tierra
Hay consenso entre los cristianos que creen en lo sobrenatural, que muchos muertos van al purgatorio.
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Y que las misas ofrecidas por ellos son de vital importancia para conducirlos al cielo.
Y además hay variadas historias de almas del purgatorio que han llegado a la tierra con un permiso especial, para pedir oraciones para ascender al cielo
Sobre esto ha habido visiones desde simples laicos, pasando por santos y Papas.
¿Pero hay pruebas físicas que hayan dejado estas almas del purgatorio que llegaron a la Tierra o son solo testimonios verbales?
En este vídeo te voy a contar las pruebas físicas que han dejado algunas almas del purgatorio que han visitado la Tierra
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Existe en Roma un museo insólito, que ofrece a los visitantes una colección de documentos únicos, que son las pruebas de almas del purgatorio que han llegado a la Tierra.
Estas pruebas se conservan en la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma y muestran extrañas marcas de fuego, que han sido definidas como «testimonios del más allá».
Se trata de un conjunto de sábanas, hábitos, y páginas de libros encerrados en vitrinas de cristal, que muestran signos impresionantes de cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos, que dejaron marcadas las almas del purgatorio.
¿Y cómo se armó este museo?
Lo inició en 1897 el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma
El 15 de noviembre de 1897, el sacerdote francés Victor Jouet, párroco de la capilla, estaba rezando frente al altar cuando una de las velas prendió fuego el marco del cuadro de la Virgen.
Algunos dicen que el fuego fue muy pequeño y que sólo chamuscó la pared. Otros afirman que la capilla completa fue presa de las llamas.
Lo cierto es que el humo había trazado una mancha que parecía un rostro.
Pronto miles de peregrinos llegaron a rezar durante horas frente a la mancha en la que veían un rostro de expresión afligida, melancólica, dolorida o de sufrimiento.
Para los fieles representaba la cara y el cuerpo atormentado de un hombre rodeado de llamas.
Y Jouet concluyó que era un alma en pena, atormentada por las llamas del purgatorio
El religioso entonces se preguntó si en otros lugares se habrían registrado apariciones análogas, y comenzó a realizar investigaciones en ese sentido.
Empezó a recorrer media Europa para recoger testimonios, en conventos y casas particulares, de la presencia visible de las almas del purgatorio
La búsqueda no resultó nada sencilla pero, al cabo de algunos años, el padre Jouet consiguió reunir muchos testimonios curiosos que parecían confirmar su hipótesis.
En general las almas del purgatorio se habían manifestado a los vivos, pidiendo plegarias e intercesiones que apresuraran su llegada al paraíso.
Y al cabo de algunos años había reunido cientos de testimonios
Se trataba de ropas, libros, camisas y otros materiales en los que aparecían las pruebas físicas.
El “Pequeño Museo de las almas del Purgatorio” está en la Via Lungotevere Prati, 12, se inauguró antes de terminar el siglo XIX.
Y en 1900 Jouet fundó la Associazione del Sacro Cuore di Gesû in suffrago della Anime del Pugatorio.
Y Pío X reconoció canónicamente la asociación, en su carta apostólica “Cum nobis”, el 20 de enero de 1923.
El documento más antiguo que se exhibe en las vitrinas son las marcas dejadas por la hermana Chiara Schoelers, fallecida durante la peste en 1637.
La religiosa dejó sus huellas candentes sobre el delantal de la hermana Margarida Herendorps
Treinta y tres años después, en 1670, el padre Cristóbal Wallbach, muerto 63 años antes, dejó la huella de “un dedo de fuego”.
Que perforó un libro de oraciones y su cubierta de piel de jabalí, hasta la página 81.
De esa manera suplicaba que se hicieran oraciones a su nombre para salir del purgatorio.
Hacia 1731 a la madre Chiara Isabella Fornari, abadesa de las clarisas del monasterio de San Francisco, en Todi, se le apareció el padre Panzini, abad de la ciudad italiana de Mantua, y su confesor.
Quien venía desde el purgatorio a pedirle que mandase rezar misas por su alma.
La madre Chiara se encontraba trabajando en su telar cuando hizo su aparición el padre Panzini.
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